Hace exactamente treinta años, cuando el Coronel Gadafi tiranizaba a su pueblo y sometía a las grandes potencias a un imperio de terror financiando a los extremistas de medio mundo, y cuando los acobardados dignatarios de la mayoría de los países le rendían pleitesía permitiéndole incluso montar su excéntrica jaima en los jardines de palacios y embajadas, tan solo una voz se alzó en su contra.
Alberto Vázquez-Figueroa se atrevió a publicar Matar a Gadafi a sabiendas de que se jugaba la vida porque el brazo asesino del dictador era muy largo, pero a sabiendas también de que si no se detenía para siempre a quien cada día demostraba ser más cruel y estar más loco, acabaría provocando una guerra civil y un baño de sangre.
Sus predicciones se han cumplido. Y la apasionante historia del ingenioso complot urdido para matar a Gadafi está hoy más vigente que nunca.
La CIA tiene un objetivo claro: matar a Gadafi. Para conseguirlo, el agente Sam Holden pretende que un exitoso periodista del Saturday News, Elliot Bukhanan debería convencer a su ex mujer, la atractiva Ángela Ramirez, responsable de producción del rodaje de Cita en Tubruq, de que contrate a cuatro agentes para formar parte del equipo encargado de la filmación que tendrá lugar en el desierto de Libia... El líder libio Mu'ammar al-Gadafi, gran amante del cine y generoso patrocinador de las películas de Sergio Fabbri, suele disfrutar pasando algunas horas entre actores y técnicos...
Quizá su próxima visita a los escenarios de rodaje sea la ocasión perfecta para Matar a Gadafi. Aunque, como apunta Elliot Bukhanan, "la conciencia es algo personal, único e independiente que nada tiene que ver con el resto de los seres que nos rodean y, por tanto, en su balanza siempre pesa mucho más un solo crimen propio que un millón de crimenes ajenos".
El autor:
Alberto Vázquez-Figueroa se atrevió a publicar Matar a Gadafi a sabiendas de que se jugaba la vida porque el brazo asesino del dictador era muy largo, pero a sabiendas también de que si no se detenía para siempre a quien cada día demostraba ser más cruel y estar más loco, acabaría provocando una guerra civil y un baño de sangre.
Sus predicciones se han cumplido. Y la apasionante historia del ingenioso complot urdido para matar a Gadafi está hoy más vigente que nunca.
La CIA tiene un objetivo claro: matar a Gadafi. Para conseguirlo, el agente Sam Holden pretende que un exitoso periodista del Saturday News, Elliot Bukhanan debería convencer a su ex mujer, la atractiva Ángela Ramirez, responsable de producción del rodaje de Cita en Tubruq, de que contrate a cuatro agentes para formar parte del equipo encargado de la filmación que tendrá lugar en el desierto de Libia... El líder libio Mu'ammar al-Gadafi, gran amante del cine y generoso patrocinador de las películas de Sergio Fabbri, suele disfrutar pasando algunas horas entre actores y técnicos...
Quizá su próxima visita a los escenarios de rodaje sea la ocasión perfecta para Matar a Gadafi. Aunque, como apunta Elliot Bukhanan, "la conciencia es algo personal, único e independiente que nada tiene que ver con el resto de los seres que nos rodean y, por tanto, en su balanza siempre pesa mucho más un solo crimen propio que un millón de crimenes ajenos".
El autor:
Alberto Vázquez-Figueroa es uno de los más prolíficos y exitosos autores españoles. Su obra, desde la mítica Tuareg hasta la actualidad, ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo.
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